Idea revolucionaria: plantar árboles

Con gran pesar en el corazón nos enteramos del fallecimiento de Wangari Muta Maathai.

El profesor Maathai les sugirió que plantar árboles podría ser una respuesta. Los árboles proporcionarían madera para cocinar, forraje para el ganado y material para cercas; protegerían las cuencas hidrográficas y estabilizarían el suelo, mejorando la agricultura. Este fue el comienzo del Green Belt Movement (GBM), que se estableció formalmente en 1977. Desde entonces, GBM ha movilizado a cientos de miles de mujeres y hombres para plantar más de 47 millones de árboles, restaurar entornos degradados y mejorar la calidad de vida de las personas en situación de pobreza.

A medida que se expandía el trabajo de GBM, el profesor Maathai se dio cuenta de que detrás de la pobreza y la destrucción ambiental había problemas más profundos de desempoderamiento, mala gobernanza y pérdida de los valores que habían permitido a las comunidades mantener su tierra y sustento, y lo mejor de sus culturas. La plantación de árboles se convirtió en un punto de entrada para una agenda social, económica y ambiental más amplia.

En las décadas de 1980 y 1990, el Movimiento Green Belt se unió a otros defensores de la democracia para presionar por el fin de los abusos del régimen dictatorial del entonces presidente de Kenia, Daniel arap Moi. El profesor Maathai inició campañas que detuvieron la construcción de un rascacielos en el parque Uhuru ("Libertad") en el centro de Nairobi y detuvo la apropiación de terrenos públicos en el bosque Karura, justo al norte del centro de la ciudad. También ayudó a dirigir una vigilia de un año con las madres de los presos políticos que resultó en la libertad de 51 hombres detenidos por el gobierno.

Como consecuencia de estos y otros esfuerzos de promoción, el régimen de Moi golpeó, encarceló, acosó y vilipendió públicamente al profesor Maathai y al personal y colegas de GBM en repetidas ocasiones. La valentía y la persistencia de la profesora Maathai hicieron que se convirtiera en una de las mujeres más conocidas y respetadas de Kenia. A nivel internacional, también ganó reconocimiento por su valiente defensa de los derechos de las personas y el medio ambiente.

El compromiso del profesor Maathai con una Kenia democrática nunca flaqueó. En diciembre de 2002, en las primeras elecciones libres y justas en su país en una generación, fue elegida miembro del parlamento por Tetu, un distrito electoral cercano a donde creció. En 2003, el presidente Mwai Kibaki la nombró Viceministra de Medio Ambiente en el nuevo gobierno. El profesor Maathai presentó la estrategia de GBM de empoderamiento de base y compromiso con la gobernanza participativa y transparente al Ministerio de Medio Ambiente y la gestión del fondo de desarrollo de distrito electoral (CDF) de Tetu. Como diputada enfatizó: la reforestación, la protección de los bosques y la restauración de tierras degradadas; iniciativas educativas, incluidas becas para huérfanos a causa del VIH/SIDA; y mayor acceso a asesoramiento y pruebas voluntarias (VCT), así como una mejor nutrición para las personas que viven con el VIH/SIDA.

A la profesora Maathai le sobreviven sus tres hijos: Waweru, Wanjira y Muta, y su nieta, Ruth Wangari.

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