Como padre de dos niños pequeños, sé que estar al aire libre hace felices a los niños. No importa cuán malhumorados o irritables estén adentro, constantemente encuentro que si los llevo afuera, son instantáneamente más felices. Estoy asombrado por el poder de la naturaleza y el aire fresco que puede transformar a mis hijos. Ayer, mis hijos anduvieron en bicicleta por la acera, recogieron pequeñas “flores” moradas (hierbas) en el jardín del vecino y jugaron a la mancha usando un plátano de Londres como base.
Actualmente estoy leyendo el aclamado libro de Richard Louv, El último niño en el bosque: salvar a nuestros hijos del trastorno por déficit de naturaleza. Me inspira sacar a mis hijos al aire libre con más frecuencia para que exploren y disfruten del mundo natural que los rodea. Los árboles de nuestra comunidad son parte integral de su (y mío) disfrute del aire libre y estoy agradecido por el bosque urbano de nuestra ciudad.
Para obtener más información sobre cómo el tiempo que pasan al aire libre ayuda a los niños pequeños a desarrollarse, consulte este artículo de Psychology Today. Para obtener más información sobre Richard Louv o El último niño en el bosque, visitar el sitio web del autor.
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Kathleen Farren Ford es la Gerente de Finanzas y Administración de California ReLeaf.